Nacida en la Ciudad de México en 1964, enorgullecida de ser ‘’chintolola’’ (oriunda del histórico barrio tepaneca de Azcapotzalco), pero su arte con fuerte influencia de la realidad global no se circunscribe a una región limitada, al incorporar toda clase de elementos que definen tan crítica como irónicamente la subcultura de los yuppies.
La gran pintura figurativa mexicana tiene en Rocío Caballero a una de sus mejores representantes, tanto por la cuidadosa factura como por la poderosa visión crítica de su entorno.